Resistencia en el flanco débil

enero 12, 2013

Deletérea humedad de los cajones

 


 

    Si hacemos caso a lo que circula por ahí, este libro que no llega a 200 páginas (en formato bolsillo) es una selección, recopilación, licuefacción de las, al parecer, 4000 páginas de "cartas de amor" que Henry Miller le escribió a la "actriz" Brenda Venus, entre 1976 y 1980. Todas las comillas son mías.

    Miller contaba entonces 85 años y estaba hecho fosfatina, como es menester en semejantes dígitos. La Venus, en cambio, literalmente apenas si cabía en los vestidos de lo cañón que la habían traído al mundo su madre y la genética. No en vano se acababa de cepillar al gran Clint Eastwood en The Eiger Sanction, y siendo biempensantes habrá que suponer que sólo en la ficción.

    Miller se pasó los últimos años de su existencia mendigándole sexo a la Venus a través de estas cartas. Lo que fuese, le daba igual, ni siquiera le pedía follar el pobre viejo; sólo un magreo nocturno, o un par de tocamientos mañaneros, o un tetazo en toda la cara, qué sabe uno, ¡pero algo, copón! Aun así la Venus no cedió ni media. Ni mierda. Nada. Cero. Kaputt. Poluciones nocturnas.

    Luego Miller espichó y la Venus, como veía que no era capaz de conseguir ni un sólo papel en condiciones por sí misma (¿por qué sería?), se puso desesperada a rebuscar en los cajones, y al poco entregó a la imprenta estas cartas. Qué gran estilo, amigos todos. ¿No? Eso sí que es señorío, prestancia, saber estar, y lo demás es filfa.

    Y bien, puede que cuanto llevo dicho hasta aquí se les antoje todo lo parcial, extemporáneo y cruel que ustedes quieran, cosa que admito al tiempo que afirmo que no me parece más parcial ni extemporáneo ni cruel que publicar un libro semejante, y ni siquiera la mitad de mezquino.

    Esto es todo cuanto mi Mr. Hyde quiere decir de este libro, que por supuesto, y acto seguido, pienso entregar a las llamas.