Resistencia en el flanco débil

octubre 15, 2011

Paisajes de azúfre y ceniza


Partiendo de la base de que el protagonista principal de todos los films de Werner Herzog, aun —y sobre todo— los documentales, es siempre el propio Herzog, no extraña mucho que la lectura de La soufrière sea algo así como yo, Werner Herzog, denuncio que los negros de la isla de Guadalupe están fatal de lo suyo, ¡antes de que yo denunciase este hecho nadie antes lo hubiera siquiera imaginado!... En fin. Herzog arriesgó el pellejo para filmar un pequeño fin del mundo desde dentro y en directo y al final el volcán se hizo el melindroso y le dio por no estallar. Putada grande. Conque Herzog tuvo que redirigir el discurso rápidamente, aprovechando de paso la coyuntura para hacer de su documental cataclísmico otra pieza angular de su particular museo del fracaso y de lo inútil. En realidad nada de esto importa demasiado, porque la fuerza de sus imágenes dice mucho más, imponiéndose sobre la voz narradora del mismo Herzog. Ahora que ya nadie habla del Fukushima feroz, ni por lo visto lo teme, ya que la radiación sólo es mortal mientras es noticia, el terror sólo es terror en la medida en que da cancha y cuartel a los medios de tergiversación masiva, está bien volver a ver La soufrière, pues ambos fenómenos se antojan de la misma naturaleza, sus paisajes quietos, ensordecidos por el rumor del silencio fantasmático previo a la catástrofe, nos remiten a un horizonte de futuro puede que no demasiado lejano: el de una civilización que una vez extirpado su principal cáncer, el hombre, no deja de ser un sitio agradable y tranquilo. Feo de cojones, pero agradable y tranquilo.


6 comentarios:

Mangas dijo...

Javier, ayer hablando con una amiga le cité pero no le enlacé porque la conversación iba a una velocidad demasiado alta. Así que disculpe. Fue por aquella vez que me dijo que era posible la poesía después de la Segunda.

El cine del que nos habla hoy me queda demasiado lejos. Sin embargo le diré, aunque a nadie le interese el asunto, que hace un tiempo me enamoré de una isla precisamente por un paisaje de azufre y ceniza como el que nombra en su título. Está en el interior de Lanzarote y la zona es conocida como La Geria. Si lo conoce sabrá que ninguna foto ni película que se le haga le hará justicia. Y no sólo hay vida en ese infierno sino que además es exquisita:

http://arq4design.com/2011/06/13/bodegas-con-encanto-stratvs-en-la-geria-lanzarote/

http://www.lageria.com/

No ha sido sólo el volcán, la tierra y el viento lo que lo han hecho tan especial, es el hombre el que lo ha convertido en un lugar mágico, quieto y silencioso como los paisajes de la película que nombra, agreste y sobre todo increíblemente bello.

El hombre, como me dijo tiempo atrás, es capaz tanto de lo uno como de lo otro y ni todas las células no son tumorales, ni todos los tumores son cancerígenos.

Saludos, mi querido Watson.

Javier dijo...

Estimado Holmes,

si anda por esos mundos de Dios citándome tan alegremente, como si alguna de mis palabras mereciese cátedra, ande y hágame el favor de al menos no hacérmelo saber, no fuere que por semejante causa me volviese turulato y gilipollas y, sobre todo, un engreído de los mengues y perdiese en ello toda mi bilis y acrimonia. ¿Qué iba a ser entonces de mi reputación, querido amigo?

En otro orden de cosas, fíjese si estoy yo también enfermo de lo mío, que al ver las fotos que usted me enseña, va y lo primero con lo que mi mente ahíta de insania lo compara es esto: la primera imagen con Pointe-Du-Hoc ( http://4.bp.blogspot.com/_Pa_NdJSEy_U/TTROYRvwDpI/AAAAAAAABjM/noEEHKKRgG0/s1600/dday39.jpg ); la segunda con el fuerte almenado de cadáveres de Beau Geste ( http://monlegionnaire.files.wordpress.com/2011/04/zinderneuf.jpg )...

No tengo remedio, como ve, pero el lugar, tiene razón, es bellísimo. Como no he pisado aún las Canarias, apunto en la agenda de futuribles todo y que el vino no sea lo mío. Para todo lo que no sea beber café no tengo estilo ni chance ni bouquet.

Saludos.

Mangas dijo...

Muchas gracias por las imágenes, me las quedo. Muy buena la símetria que ha conseguido.

Lamento que no le guste el vino. Tal vez no ha probado el adecuado, en el lugar adecuado con la compañía adecuada. La cosa puede variar bastante.

Su reputación... Tenía la sensación de que su reputación le importaba poco. En cualquier caso la próxima vez le identificaré y no será necesario hacérselo saber.

Saludos.

Javier dijo...

Amigo Mangas, ya no se trata de que no me importe mi repuatación, que no me importa mucho tampoco, lo que ocurre es que a estas alturas de la película, entre unas cosas, otras y las de más allá, ya sólo me queda reputación de la mala...

De todos modos, usted ya va sabiendo cómo es uno, si no soltaba el chascarrillo no era yo.

Por lo demás, para alistarse a la Legión Extranjera de Beau Geste ya no está a tiempo, pero Normandía sí está aún en su esfera de lo posible. Si alguna vez tiene la oportunidad, se la recomiendo, al margen de que le guste o no el turismo de guerra, el lugar es incomparable.

Saludo.

Mangas dijo...

Bueno, Javier, he leído su respuesta una mala mañana, unas de esas que uno no puede dejar de decir lo que piensa. Así que si algo de este comentario le disgusta o no le parece oportuno hágame el favor de no autorizarlo, me parecerá justo.

En primer lugar y aprovechando la mañana me gustaría pedirle que si me estima en algo no vuelva a llamarme amigo. Nada me ha resultado tan amargo en esta vida como el trato que he recibido por parte de los que se decían mis amigos.

Y la segunda cuestión es que usted escribió que yo ya le voy conociendo y que si no hace el chascarrillo no es usted, pues bien le diré que una de estas dos afirmaciones es falsa.

Si admitimos como verdadera la primera y ya le voy conociendo deberíamos otorgar validez a mi versión del asunto: Si no suelta el chascarrillo es demasiado usted y por una razón u otra no le interesa ser demasiado usted. Por tanto su segunda afirmación sería falsa.

Por el contrario si admitimos como verdadera su segunda afirmación, mi punto de vista quedaría anulado y con ello también su primera afirmación.

Conclusión: en cualquier caso una de sus dos afirmaciones es falsa. Pero hoy no tengo la mañana para averiguar por qué, Watson.

Por último, me gustaría hablarle del turismo de guerra que me sugiere pero por un lado sería muy largo para un comentario y por otro hoy no es la mañana adecuada. Discúlpeme. Le diré que las imágenes me las quedo para montar un pequeño poster con las fotografías a modo de mosaico. La composición ilustra muy bien nuestra diferente manera de focalizar, una de las razones por las que leerle resulta tan enriquecedor. No sé si sabe que en Física que dos ondas de igual longitud de onda y misma amplitud y que tienen un desfase constante se dice de ellas que tienen fuentes coherentes. He estado pensando en ello desde que me dijo que yo le hablaba de no sé qué y su pensamiento se iba a no sé cuantos. En nuestro caso el desfase es justo la mitad de nuestras respectivas longitudes de onda, de modo que sus crestas se oponen simétricamente con mis valles y mis valles con sus crestas. Repasaré mis apuntes de Física, algo extraño debe pasar cuando este tipo de ondas se juntan.

Cuídese, Javier.

Javier dijo...

Mangas,

Como ve, publico todo su comentario sin ningún tipo de problema. Siento su mañana de mierda y perdón si le ofendí o algo similar llamándole "amigo". Pondré atención en que no vuelva a ocurrir. Y créame que entiendo perfectamente lo que me dice de esos que se dicen los amigos de uno.

Seguimos: yo aprobé lógica en el bachillerato porque le daba pena al profesor de turno, no sé si eso responde algo pero en cualquier caso he leído su razonamiento atentamente y me ha gustado mucho todo lo entero él. Probablemente es verdad, quiero decir, que es mentira, que una o puede que incluso las dos proposiciones/afirmaciones son falsas. A este respecto sólo le puedo decir dos cosas: la primera, que aunque ya prácticamente ya no ejerzo la escritura de ficción, aún me quedan ciertos vicios del oficio, lo que implica que está usted hablando con un mentiroso compulsivo; y la segunda, recuerdo habérselo dicho ya en otra ocasión, soy una persona esencialmente contradictoria, esto es, un voluble compulsivo.

Respecto a la física le digo lo mismo que de la lógica, en general el pensamiento matemático nunca cupo en mi estrecho hemisferio izquierdo. Me gusta mucho leer ciencia ficción pero en enseguida desconecto cuando a los autores eméritos les da por hacerse pajas delante del lector. De todos modos, en lo de las ondas seguramente tenga razón. Usted es demasiado rígido y yo demasiado veleta. Cada uno en la cresta de su ola. También está aquello de que los extremos, de puro ellos, casi casi se tocan.

Cuídese usted también. Que al menos pase buena tarde.