Resistencia en el flanco débil

octubre 15, 2024

Más tenebroso de lo que piensas (Darker than you think, 1948) de Jack Wiliamson

 

 


    Muchos años yo detrás de un queriendo y no pudiendo acometer esta novela. Seguro que si hubiese albergado en mí el poder de transformarme por las noches en un perrancano lobisome de los infiernos, como sí hace su protagonista, me la hubiese ventilado en menos de lo que se tarda en levantar la pata y marcar de meados esa farola de ahí...

    En principio esta novela es una reescritura del mito licantrópico. O un esclarecimiento. Un vestir el mito a la luz del siglo XX, que, en cierto modo y si me apuro, acaba siendo en esencia un teñirlo de blanco con agua oxigenada hasta dejarlo casi exangüe. 

    La luz de la razón del siglo de la violencia y de la era atómica dice, por ejemplo, que el hombre lobo, el hombre bestia, nuestra Hyde mitad, tan potente y latente como irracional, puede reducirse a leyes de matemática y enunciados de antropología. Not bad.

    Jack Williamson, escritor eminentemente de ciencia ficción, intenta con la figura del lobo hombre un poco lo mismo que hizo Richard Matheson en «Soy Leyenda» con el vampiro, pero sólo le sale a medias, es decir, que le sale la mitad en la que es competente, que es la de la ciencia, pero fracasa en la del terror, porque con el terror lo que sucede es que no basta con saber escribir y medio dominar el explicarse, hay que tener un algo más en el tarro de las esencias, que es la alquimia dificilísima del escalofrío, al alcance de no tantos.

    Que a pesar de este doble suspenso en atmósfera y capacidad para la inquietud la historia se lea tan bien como se lee, no debe entenderse sino como una gran virtud dentro de su estrecho fracaso.

    El hecho de que «Más tenebroso de lo que piensas», vistos los resultados, no pueda ni deba servirnos como cuento de terror, no es óbice para que no asumamos con una nada sutil sonrisa socarrona el quizá mucho más terrorífico subtexto —por tan ineluctable verdad—que emerge de esta historia, y que no es otro que hasta en el reino de los Superhombres, los Superlobos, las Superbestias y los cualesquiera otros Supermesiánicos Elegidos, los hombres proponen y las mujeres disponen. Así que nada nuevo bajo el sol de la dictadura de las feromonas...



 

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