Resistencia en el flanco débil

octubre 18, 2011

Cómo ser puta y además pagar la cama o Me encanta que me mangoneen


Este apenas libro entrañable comienza con una verdad luminiscente y vivaracha, léase así: "La mayoría de quienes opinan sobre el éxito tienen un corazón tan inequívocamente bueno que terminan escribiendo cosas perversamente falsas. La base de su argumentación es que prácticamente cualquiera que se lo proponga puede tener éxito. Esto es, un una palabra, mentira". Esto es cierto y no es cierto pero de cualquier modo mola un cacho. Un pedazo grande. Un pedazo gordo. Dijo Borges que este hombre, su autor, Enoch Arnold Bennett, fue un letraherido de porte tranquilo y domesticón, y en verdad que leyendo este opúsculo suyo, Cómo vivir con veinticuatro horas al día su título, parece que al porteño cegarruto no le faltaba razón. Qué garbo y qué desenvoltura, qué fino sentido de la ironía y que hábil uso de la psicología inversa, todo para decirte en la puta cara, eso sí, con la mejor de las intenciones: ¡Ey, man, que el mundo también necesita gañanes, qué te creías!... Que no todo el que aprende el abecedario puede ser un Marías ni todo el que sabe contar puede robar con la elegancia y apostura de un ex directivo de la CAM. Conque asume tu papel de arriero, anda. Sé un buen patán. Pero no cualquier patán, no un bracero del montón. Eso no. No me seas ordinario ni me seas zafio ni me seas basto. Lee poesía. Aprende Historia. Estudia Filosofía. En tu mano y sólo en tu mano, si te organizas bien la semana, está el ser o no ser de tu futuro como estibador ilustrado. Coño, qué risa.



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