Resistencia en el flanco débil

mayo 27, 2011

Marchando una de Gótico Rústico-Labriego...



Pequeña novelette muy bien escrita, que deja muy buen sabor de boca, La acabadora es una historia sobre la culpa y el perdón; o en extenso: el sentimiento de culpa que implica la vida y el perdón que necesitamos para poder afrontar la muerte. Una encrucijada espiritual que muy probablemente hunde sus raíces en nuestra más primitiva memoria visceral, más allá de particulares y determinados credos o sentimientos religiosos, y de ahí que funcione, supongo. En cierto modo La acabadora es parábola pero también es cuento de Halloween, de Todos los Santos, más concretamente cuento de brujas, y si no fuese porque parece imposible separar esa luz que sólo tiene el paisaje mediterráneo de la Cerdeña agreste y bucólica en la que se desarrolla la historia, me aventuraría a decir que esta primera novela de Michela Murgia podría pasar perfectamente por literatura gótica. Gótico rústico-labriego, cierto, pero gótico a fin de cuentas. Muy recomendable en cualquier caso este librillo anticosmopolita... Aunque otra cosa muy distinta sea que si me diese por malpensar diría que Murgia ha intentado una justificación de la eutanasia enmascarándola de folklore y eso ya es harina de otro costal, una tesis en toda regla, y por lo tanto una posición que el lector debe tomar o no, y es de suponer que para muchos no más allá de sus particulares y determinados credos o sentimientos religiosos. En eso que cada palo aguante su vela.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando le da por pensar mal me recuerda a Platón cuando decía que había que censurar la literatura porque tenía el poder de corromper las almas.

Yo cuando me pongo platónico pienso que el mayor lujo que se ha permitido la humanidad es el individualismo y recuerdo el infanticidio practicado por los inuit como método de control de la población necesario para la supervivencia del grupo. El relativismo cultural es otro de los grandes lujos de la civilización moderna así que supongo que ellos verán nuestros debates sobre el aborto o la eutanasia de una estupidez insoportable.

Saludos.

Javier dijo...

¡Válgame!... Tiene usted razón, soy lo peor, somos lo peor, porque a ver quién es el guapo que no se torna un poco facha, un tanto carca, una pizca imperial, cuando le da la vena suspicaz.

Usted que me habla de relativismos culturales, endoculturaciones y aculturaciones, quizá haya videado una peli rara del período australiano de Peter Weir, titulada "The Plumber". Si no ha tenido oportunidad se la recomiendo encarecidísimamente. No digo más...

Saludos.

Anónimo dijo...

He debido explicarme mal. No pretendía insinuar nada de lo que ha dicho, sólo quería decir que si lo que se pretende es justificar la eutanasia hay mejores y más asequibles y eficientes formas de hacerlo que mediante una novela costumbrista. Y además me he permitido opinar sobre lo absurdo de ciertos debates en algunos contextos.

Gracias por la recomendación.

Hasta la próxima.

Beatriz Peñas dijo...

Ñay! Foto nueva! :P
Estoy con el libro, me está gustando bastante la verdad...

Javi Iglesias dijo...

Pierda cuidado, quizá usted se explicó mal y quizá yo hizo lo mío por no entender, mitad y mitad, ya le digo y le reconozco que cuando me pongo suspicaz soy un tipo bastante cabronazo.

Saludos.

Anónimo dijo...

Señor Mendiós, como siempre me encanta saber tu opinión, aunque esta vez no coincido con ella.

Qué me dices de la sencillez con la que está escrita, la ternura que transmite? los silencios, lo que se callan los personajes... lo que no se dice....

Tal vez yo me conformo con poco.

Un abrazo fuerte.

Nos vemos por la librería.

Anna.

Javier dijo...

Al contrario Anna, yo digo la mía y tú la tuya y quien lo desee la suya también, sólo faltaría.

Un abrazo. Cuídate.

Nos vemos por allí.