Resistencia en el flanco débil

septiembre 13, 2009

Una de miedo, otra de bichos y la otra... de mierda

Tiene guasa el asunto, no se ha hecho nunca cine tan malo como el que se hace hoy en día, ni siquiera cuando los hombres miraban el recién inventado kinetoscopio como miraban su monolito negro los simios de Kubrick, rascándose las simias cabezas, las simias barbillas, preguntándose "¡¿pero qué coño?!"; ni siquiera cuando los hombrecillos y las mujeronas de bien de finales del XIX huían enloquecidos de la máquina de vapor y se reían de los obreros esclavos saliendo de la fábrica se hizo peor cine que hoy día, más de un siglo después, cuando tenemos hasta el más imposible de los decorados al alcance de un simple clic de ratón, a pesar de lo cual yo últimamente voy al cine más que nunca, y eso, lo sé, tampoco dice mucho en mi favor, pero es un modo tan pésimo como cualquier otro de entretener la espera de este artefacto absurdo e imbécil que es la vida, para colmo, con las instrucciones tan mal traducidas.



¿Lars Von Trier "homenajeando" a Cronenberg?



Supongo que si Sam Raimi y Bruce Campbell hubiesen nacido escandinavos e hipocondríacos Posesión Infernal les habría salido tan divertida como una patada en el escroto, pero de un guapo y un ensimismante considerable y hasta de agradecer. Esto es Anticristo. Lástima no tener en mi haber de visionados los suficientes Tarkovskys como para saber hasta qué punto Lars von Trier homenajea o copia o sencillamente se hace una paja, lo que está clarísimo es que uno casi puede sentir el estentóreo carcajearse del realizador danés a costa del respetable, lo cual, bien mirado, no es sino lo que tiene por cotumbre. Entiéndaseme bien o en su defecto lo justo: no es que esté diciendo que Anticristo apesta o algo por el estilo, la película es de lo mejorcito que me he tirado a la cara en cine enfermizo desde que David Cronenberg decidió autoexcluirse del cine con arrestos, es sólo que al final me acabó ganando la sensación de que ni siquiera Trier tenía demasiado claro a qué estaba jugando ni por qué caballo había apostado. Antricristo es una experiencia estética poderosa, una crucero de sensaciones extremas y de múltiples senderos de interpretación que en último término, sin embargo, no sabe en qué puerto atracar quizá porque Trier, su capitán, no quiere renunciar a ninguno, y eso, pienso, acaba por convertirse en lastre si lo que seguimos pretendiendo es contar una historia. Si no, entonces ya estamos hablando de "cine abstracto" y en ese caso habrá que hacer tabla rasa y afilar el hacha iconoclasta...


Distrito 9 es otro cantar. Si yo fuese uno de esos mercenarios escritorzuelos de frasecillas de contraportada y lapidarias publicatarias sin escrúpulo ni vergüenza diría que Distrito 9 es Black Hawk Derribado + La Mosca + Grita Libertad y me quedaría tan ancho, pero de momento no he llegado a semejante grado de facilona berraquería. ¿O sí?




Pero algo habrá que decir, supongo, de modo que me decantaré por decir que Distrito 9 es lo que queda del cine de acción cuando el cine de acción se ha convertido en simple videojuego, lo que queda del ciberpunk cuando el ciberpunk ya ha muerto y lo que queda del gore cuando la sangre en pantalla ya no inmuta ni a las abuelitas de la caridad. Ciberslapstick con mensaje, si es que nos abandonamos a las etiquetas de improvisación. Los niveles de radiación infográfica son tolerables e incluso vehiculan la historia en lugar de ser un fin en sí mismos, el tono de comedia basta y cartoon desatado oxigena el conjunto y las abundantes dosis de destrucción y casquería terminan por dar el toque fetén a una de ciencia ficción que, pese a no ser ni mucho menos redonda, significa toda una corriente de aire fresco en el empantanado panorama del género. Se nota la mano de Peter Jackson y se nota que hay pocos yankis de por medio, lo que ya no debe entenderse sino como bendición... Y además contiene crítica social, oigan... ¿qué más se puede pedir a estas alturas de estropicio?



¿De verdad queremos hablar de cine yanki? Pues hablemos de cine yanki, hablemos de lo que entiende la gran industria por ciencia ficción, sabiendo de antemano que las comparaciones son odiosas precisamente porque no dejan lugar a la incertidumbre, hablemos, pues, de Gamer: ese vacuo lefarazo infográfico y pirotécnico de un adicto al Counter Strike con la bragueta floja y el bolsillo lleno de monedas... O mejor, no hablemos de ello. Todos sabemos que no vale la pena.

4 comentarios:

kuroi yume dijo...

me tomaré como excelentes críticas las dos primeras, y me las apunto como futuribles degustaciones. Pero tengo una pregunta: gamer es tanto una versión michaelbayada de "avalon" de oshii como parece, pero sin perros?

Child in time dijo...

Me encantó la película de Lars Von Trier. Y mientras todo el mundo se decantó en darle vueltas a una violencia que no sé de qué hay que echarse las manos a la cabeza, yo me decanté en definir el estilo de este tío, que creo que habría que convertir en género: Cine Angustioso. Eso es lo que creo que hace Trier, sin más pretensiones de contar o no contar. Y es que es posible que en principio tenga la intención de contar una historia, pero creo que a medida que transcurre su filmación, el director va improvisando y saliendo al paso, dándole más importancia a las sensaciones que generan en el público, y a su barata y superficial crítica posterior. Vamos, crear polémica, al fin y al cabo.
Cierto es que yo, en ese bosque, también rememoré escenas de Posesión Infernal. Pero hay algo que me encantó. Y ese el momento en el que relata el sueño. Esa lentitud con la que uno huye de sus miedos más internos. Cuántas veces no habré hechado a correr a la misma velocidad delante del monstruo en mis pesadillas. Pura angustia, como digo.

De Distric 9, cierto es, también, amigo Javier, que por fin una historia de ciencia ficción me ha gustado. Hacía tiempo que esto no se producía. Su estética, la narración, el contenido... No sólo encontré similitudes con La Mosca en la cara de los cucarachalangostinos, asimismo recordé pedazos de Alien, el regreso, en el robot último; robot que también se le puede encontrar similitud con el de Terminator.

De Gamer me reservo los comentarios, pues todavía no la he visto. Como me reservo leerme los tuyos, para ver luego si coincidimos.

estanli cuvric dijo...

Larso Von Trilero nunca ha sido santero de mi devoción, pero oiga, de vez en cuando pone sus pálidos cojones daneses sobre la mesa de Ikea (que ya sé que es sueca) y te deja turulato. Como con Anticristo.

Para Distrito 9 no encuentro mejores palabras que las postiadas por usté, así que me callo. Bueno, sólo diré que ¿crítica social? Ja!

La de Gamer no la he visto.

Anónimo dijo...

Pero qué crítica más bien parida. Qué envidia como escribes. Te doy dos gallifantes ;).