El problema está en que ya no me creo nada, la culpa es mía, por supuesto, que no aprendo, que a pesar de tanto descreimiento y tanta conciencia de la sinrazón sigo de cuando en cuando alimentando el fuego de alguna suerte de esperanza, de cochino delirio. Un estado carencial que no se aventa ni con litros de danacol por vía intravenosa. Porque no, lo que es es porque no puede ser de otra manera, y todo esto lo que es es una ratonera, una trampa para turistas sin solución de continuidad. Ramblas barcelonesas. Y que las apariencias no engañan más que lo justo, qué carajo.
La última de Romero, por ejemplo, que sienta como una patada en la boca del estómago vacío, es un tostonaco y un desvarío. Con estos hombres que pretenden alargar sus luces más allá de la elasticidad de la célula suele pasar esto. Caminan lento y caminan torcido porque ya la próstata les es más lastre o amenaza oncológica que un gonadismo. Y así ni se puede trabajar lúcido ni se puede rodar tranquilo. ¿Survival of the dead? ¿Pero qué coño es esto? ¿Un manifiesto provida? ¿Un libelo antiabortista? ¡Venga, hombre! Vuélvete a la granja a cazar patos o pide hora para el urólogo, pero déjate de andar jodiendo al personal que estas basuras.
El zombi en sí, como arquetipo cinematográfico o fuente de horror preternatural, la verdad, me la ha traído siempre bastante al pairo. Ni observa empaque ni tiene ferocidad. Le falta carisma en las más de sus veces. Ni que decir tiene que esta nueva fiebre por todo lo zombi que está por inundar hasta los inodoros del Tíbet se me antoja una burricie de lo más snob. Y si a eso le añades que el buen anciano Romero lleva ya la friolera de cuarenta años cambiando de discurso pero cargándoselos de la misma condenada manera, esto es, a base de escopetazo en la mochera y piernas para qué os quiero, pues qué quieren que les diga, llega el momento en que va uno se harta y pide la cuenta... ¡Ah! y tiembién está lo otro: el cuento del horrorwestern crepuscular para quien se lo crea...
Más cosas. Los zombis, cuando son nazis, ya no son zombis, son NAZIS. Y punto. De modo que el carisma que pierden por ser zombis se lo recupera el uniforme de la Wehrmatch, y si a ello le sumas una esvástica ya el conjunto sube puntos. Por lo que a mí respecta, la peli de zombis nazis que me pone palote aún no se ha rodado. Yo quisiera ver a legiones de soldados alemanes zombificados echando a los aliados a patadas de Normandía, ahogando al puto Tom Hanks en las sangrientas aguas de Omaha Beach con la sobrehumana fuerza de sus cadavéricos brazos. En plan superproducción y con Jürgen Prochnow haciendo de Marsical Rundstedt. Pero hasta ese entonces Dead Snow puede ser un buen aperitivo: la cosa es una coña —noruega— marinera, un entretenimiento teenager sin parangón de lo más divertido. El no tomarse en serio en ningún momento puede acarrear estos réditos. Para bien o para mal, este ya sería otra debate, la sombra de Sam Raimi es más alargada que la de George Romero.
Ahora bien, lo que de verdad me atormenta es esto: aquí estoy yo, escribiéndoles el sucio contenido de mis circonvoluciones por amor al arte, y allá todos ustedes, leyéndome, ensuciando las suyas sin cobrar ni pagar por ello. Esto no cabe entenderlo sino como perversión. Un decadentismo idiota.
10 comentarios:
si es una peli con frío noruego y zombis nazis tiene que ser un peliculón
Yo me eché unas buenas y estentóreas ristoadas con "Dead Snow", engs. Y eso que no era nada fácil sacarme del sopor y la aburrición suprema en el que la tediosa "Survival of the dead" me había postrado, mendiós!
"Los zombis, cuando son nazis, ya no son zombis, son NAZIS"
Me voy a tatuar esta frase en la nalga derecha.
Ya sabía yo que le iba a poner berraco la lapidaria de marras, maese Cuvric. Yo me la tatué en el cimbrel, así sólo se lee en todo su esplender cuendo me pongo contento y como con afán de invadir Polonia.
Lo de la distinción vale, pero lo de feroces...coño...porque no has visto la Horda!!
Pues fíjese que no, no he tenido el placer, habrá que subsanar ese vacío lo antes posible, ya que a decir de tantos La Horde resulta un espectáculo estremecedor.
En lo que de todos modos sí convendrá conmigo es que a la gran mayoría de zombis cinematográficos -luego para eso están las excepciones, para descuajaringar lapidarias y demás axiomas- funcionan con las revoluciones al más desesperante de los ralentís.
Por cierto, anónimo soy yo...
Jaja, estoy torpona. Ahora leo tu respuesta. Pues de ralentís últimamente rien de rien, que los cabroncetes llevan el pito en el culo, y por cierto, la gran mayoría no son zombies...ya sabes...son infectados ;)
Al paso que vamos hasta a los infectados de "Gripe A" se les va a tratar de zombis -bueno, todos los que además ven Antena 3, lo son, de hecho-.
Si es que este rollo de la posmodernidad es un sindiós que no hay quien lo ate.
De todos modos, los mejores "zombis" aka "muertos vivientes" que son capaces de ir a más de 10 km/h siguen siendo los de Dan O'Bannon, por supuesto.
Hola Javi tienes toda la razón del mundo. Qué coño le pasa a todo el mundo con estas fiebres tifoideas que les ha dado por los zombies. Como tu dices debe ser puero snobismo.
Dead snow me gustó pero cierto es que Raimi tiene una sobra que ni la de un ciprés en verano en un cementerio de andalucía. Con frío, nieve y nos nazis un poco blandengues, para ser zombies y encima nazis, la verdad. Yo también me eché unas risas, pase un buen rato y nada más que es lo que el hombre pretende, no tirarse de la moto como otros y dar pseudo discursos que se aguantan con pinzas, las de hacerse las cejas la Paris Hilton, por eso.
Frase para la memoria histórica, "Los zombis, cuando son nazis, ya no son zombis, son NAZIS" para hacerse una camiseta como poco.
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