Resistencia en el flanco débil

enero 30, 2011

Céline está vivo y vosotros estáis muertos




Me dice Ce. que La France ha decidido que este año no va a llorar por Céline, qué sorpresa, y yo digo que bien, que bueno, que no me extraña nada, que si hay algo que los franceses no han hecho por merecer nunca ese algo es Céline. Que les den mucho por ahí. Mezclar biempensancia por decreto y literatura alumbra estas coyunturas bastardas. Como si libros como Viaje al fin de la noche o Muerte a crédito pudiesen surgir de individuos cómodos con el sistema, cualquier sistema, buena gente sin tacha y demás convencionalismos de pandereta... Anden ya y déjense de joder la marrana, por favor, que si no se va a liar la de Dios... Se metan la conmemoración donde buena y tan francesamente les quepa. Los celinianos mísiles balísticos al corazón de la terrible humana naturaleza seguirán dando fe de nuestra podrida raigambre cuando todos ustedes y sus fastos de mierda se hayan evaporado en forma de pedo del ano del gusano que se zampó sus inexquisitas malas conciencias. Y la hostia puta, ya me he desatado... Un frío de consideración, dentro y fuera de la piel, que es lo más profundo, dicen, digo, el frío, no la piel. Este frío no hay quien lo afronte, este invierno no hay quien se lo cargue a la espalda. Ser tan meditarráneo como un culillo de aceite de oliva tiene este precio insoslayable. Vendrá el General Invierno y se llevará tus ojos... Otro que se lo debe estar pasando teta allá no sé dónde demonios debe ser Bolaño. Me lo imagino jugando a los wargames con Céline. Lo que no tengo claro es cuál de los dos juega con negras, es decir, con nazis. Es todo un qué. El caso es que me leí ayer el primer capítulo de su última novela inacabada publicada por Anagrama: Los sinsabores del verdadero policía. Cabe decir que a estas alturas de la historia de la sinvergüenza Bolaño encabeza la lista de escritores que publican más libros muertos que vivos, sólo superado, eso sí, con un par de cuerpos de ventaja, por la pobrecilla Irene Nemirovsky. Ésta tengo claro que, de jugar, lo hará con blancas, pero me da a mí que no estará muy por la labor. Claro. Bueno. Bien. A lo que iba, el nuevo inacabado Bolaño, su primer capítulo, que se me antojó una mampostería de rechupete. Qué risa. Es la aplicación de la filosofía de vida Sergio Leone a la literatura. Ya saben de qué iba el rollo: el mundo se divide en dos tipos de cabrones: unos penden de la soga y otros la cortan. O no la cortan, eso depende de cuán cabrones son unos y otros. Pues Bolaño más o menos lo mismo: los novelistas son todos heteros, los poetas todos maricones... Otro que se está jugando el aniversario póstumo y lo que le importa, ya ven... El caso es que ando con la mosca detrás de la oreja, me dijo el otro día un pajarillo que qué coño me pasaba, que vaya mierda, que yo antes molaba, cuando ponía fotos de nazis y de tetas, y no como ahora, que sólo me la pone dura la puta guerra. Pues sí. He de reconocerlo. El bromuro de la vida me ha vuelto un flácido y un desustanciado. A cascarla los que aún puedan.


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